El Rincón de Apple Tree | Laso “el blanco” tiene un plan
Laso tiene un plan. A veces se nos olvida y más de uno entra en crisis histérica y ve la tierra abrirse bajo sus pies. Temporada tras temporada y cada vez de manera más consistente, el equipo da la talla al final de cada curso para luchar por los títulos en todas las competiciones.
Otra cosa es que los que estamos fuera de la dinámica del grupo, veamos a dónde quiere llegar o cómo está gestionando cada uno de los problemas con los que se va encontrando durante el recorrido de la temporada. El vitoriano tiene su plan trazado y a veces el ajeno no lo entiende. Me recuerda al mago de larga barba, aficionado a fumar en pipa y con sombrero puntiagudo que guiaba a la Compañía del Anillo por la Tierra Media. Él conoce la fortaleza del enemigo, los peligros del camino y las armas con las que cuenta. Toma decisiones previamente estudiadas y otras sobre la marcha. Especialmente enigmática e incomprensible resultó ésta que le dio a Aragorn cuando separaron sus caminos en Meduseld: “Espera mi llegada con la primera luz del quinto día, al alba, mira al este.” Tienes que tener mucha fe en el tipo del bastón para confiar en esa misteriosa orden, con todo lo que pelearon el montaraz y los suyos hasta que se reencontraron en ese final épico de “Las Dos Torres”.
Y algo así ha conseguido Laso con este Real Madrid en su novena temporada como entrenador blanco. Se le podrá echar en cara los títulos “no ganados” (que no perdidos) que tuvimos tan cerca (Liga 2012, F4 2013 y 2014) pero ya hemos hablado aquí de lo que ha devuelto al basket blanco y que se nos había olvidado.
Como su homólogo en el universo de Tolkien, el camino recorrido durante estos años ha ido refinando la estrategia lasista al mando de La Compañía Blanca. Si Gandalf cayó en la traición de Saruman y en el puente de Khazad Dum ante el Balrog, Laso hincó la rodilla ante la chufla de Marcelinho y el puño de Pete Mickeal en 2012, la experiencia del Pireo en 2013 y el día más negro de Llull y el más iluminado de Rice en 2014. A cada contratiempo, Pablo Laso ha ido aprendiendo y adaptando lo vivido a la temporada siguiente. Y si algunas reglas se han grabado a fuego en la libreta de Laso Biurrún han sido las de “gestión de la plantilla” y la de “estar a tope a final de abril”.
Ejemplo de esta última regla fueron la Euroliga del 2018 y la liga de 2019: En la primera, “ayudado” por las continuas lesiones y la salud de Luka, el equipo llegó casi al completo a la cita y con un juego “in crescendo” exponencialmente desde el día de, “you played like chicken”, en el OAKA. A partir de ahí, una sensación de dominio total de los cuatro partidos restantes hasta el título.
En la segunda, la liga de 2019, se generaron muchas dudas por la polémica derrota en la copa y el papel preponderante de Heurtel, en aquel pétreo Barcelona. De nuevo se gana el título de liga con “aparente solvencia” con un Facu Campazzo estelar y un gigantesco (literal y figurado) Edy Tavares.
Muestras de la primera regla sobre la gestión de plantilla los está dando este año a puñados:
- Un “castigado en rincón de entrenar” para Trey Thompkins al llegar pasadito de forma a la pretemporada. El fruto lo estamos viendo ahora.
- Un papel más protagonista de Randolph, como consecuencia de la anterior, que le ha valido para brillar en el equipo como no se le recordaba desde la copa del campo atrás.
- Permisos de visita a familiares para el propio Trey o recientemente Jaycee Carroll. El de Trey ayudó a la renovación y el de Carroll esperemos que para brillar en la fase final de este año.
- Descansos de jugadores y alargamiento al máximo los plazos de recuperación de los lesionados aún a costa de perder partidos. Ejemplo palmario, la gira desastrosa por Moscú y la de vuelta a casa contra Baskonia.
Todo esto es más complicado de valorar en una semana donde se han perdido los tres partidos. Pero no deja de ser la muestra de que el camino hacia Mordor no es un paseo acompañado de elfos. Gand… Laso “el blanco” tiene un plan y hay que ir ajustándolo sobre la marcha. Y los tropezones de semana no son más que parte del camino.
Lo recorrido hasta ahora ha demostrado que el plan consigue los objetivos a largo plazo. Aunque siempre está el aficionado negacionista que piensa que son los jugadores los que logran esos títulos. La mayoría de los hobbits (adorables pero ignorantes ellos) sólo recordaban a Gandalf por sus fuegos artificiales. Y mientras, el anciano mago liderando la revolución para salvar a la Tierra Media de Sauron. Insensatos aficionados. Perdón, hobbits.